La Librería del Aparecido Parte 1 de 2
Ok, lo acepto. Lo que viene a continuación a mi no me consta, pero hay gente que lo cuenta y que verdaderamente lo cree como verdad. Pero en fin, es lo que me contaron y es lo que pongo aquí.
Resultase que, aunque la librería no tiene mucho que se abrió, vivió en sus primeros días un suceso verdaderamente trágico y que la marcó, en más de un sentido. En un día que se distinguía de los anteriores en realmente nada, mientras Antonio, uno de los que atiende la librería estaba a cargo, llegó un hombre a ver los libros, le dio varias vueltas completas a la librería y finalmente con evidente entusiasmo cogió un libro que inmediatamente llevo al mostrador y pagó, seguido de lo cual dejó la librería.
No paso ni un minuto cuando se escucho el clásico sonido de las llantas bloqueadas patinando tratando de frenar a un vehículo a toda velocidad. En una avenida importante, esto no es tan raro como debería y no se le dio importancia. Lo extraordinario vino a continuación. El hombre que recién había salido, volvió a entrar, visiblemente alterado y cayó a los pocos pasos en el interior de la librería. Al momento acudieron el encargado y una persona que estaba también hojeando algunos libros. De su cabeza comenzó a salir abundante sangre y aunque la ambulancia que se llamo no tardo mucho en llegar, el hombre fue declarado muerto en el sitio.
El encargado no escucho ningún ruido de golpe que acompañara el frenon de unos minutos antes, ni se vio ningún carro, lo cual no sorprende con la cantidad de atropellamientos que suceden donde se dan a la fuga. Lo que podríamos llamar “extraño”, es que no se encontró el libro que la persona había comprado hacia unos instantes.
Lo que yo mismo pude ver es una mancha rojiza en el lugar donde murió el pobre hombre y que no se ha podido borrar.
Ahora que el encargado que me relato esta historia, no Antonio, asegura que desde ese entonces han sucedido cosas extrañas en la librería. A el no le creo mucho que digamos, pero la parte de Antonio me la corroboró el mismo. Posteriormente les relatare la parte “sobrenatural” del asunto.
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