Librería "Crisol"

En esta segunda parte continuamos analizando brevemente las obras de Asimov y Heinlin. Asimov hizo, en mi opinión, un buen trabajo con las obras con las que unió en un mismo universo sus libros sobre robots y fundación. Pero luego hecho todo a perder con las que relataban los sucesos después de la fundación y cae en un new age bastante aburrido. Heinlin nunca fue tan claro al unir sus obras. Sino que usaba algún personaje aquí o allá, o tan solo los mencionaba para marcar el que sus obras se movían en un mismo “universo”. Las obras de Asimov las leí cuando aún podía decirse que era joven, algo más de diez años atrás. He de haber leído unas 10-15 obras de él entre Robots y Fundación. Por ejemplo, las Cuevas de Acero donde se presentan a los personajes de Elijah y Daneel es una historia de detectives que a su vez comienza la unión entre robots y Fundación de una manera muy bien lograda. Su serie Lucky Starr me ha tentado, pero es esencialmente literatura juvenil enlazada con

Últimamente me ha dado por leer más bien en inglés. Pero cuando pude poner mis “garras” (gracias a Dios por los libros usados) sobre este ejemplar que había estado buscando por mucho tiempo, todo lo demás, inglés o no, se espera. Y es que a pesar de ser un libro clásico, no es muy popular hoy en día por las ideas políticas de su autor totalmente contrarias a las del poder que domina su patria en el mundo actual. El libro en su comienzo que tiene por escenario la campiña argentina me recordó otros dos que se mueven también en ambientes campiranos. Cien años de soledad y Pedro Paramo. Pero dista del primero en ser más corto y no abordar cuestiones sexuales de manera burda y del segundo que no tiene sus alucinaciones mariguanas o esotéricas. La historia podría no verse como muy original hoy en día, pero incluso precede a grandes clásicos del drama de la maternidad no correspondida como “El derecho de nacer”.   Flor de durazno fue escrita hacia 1911 y narra la historia de