Viajes clasicos : Libros : Aventuras

Cuando leí una novela que finalmente reseñé en enero y que se centra en un viaje, caí en la cuenta de que el género de viaje no es mi preferido, aun así, no podía dejar de leer y eventualmente reseñar este libro. 

Este libro de 1855 no reo que se consiga en español, pero su importancia general no debe ser subestimada y más a mí que, aunque el género no me guste leerlo me encanta vivirlo. Me refiero a "Around the world on a bicycle" (Al rededor del mundo en una bicicleta) de Thomas Stevens.

Son más de 400 páginas que como comprenderán no contiene fotos, pero si ilustraciones. Y esto solo el primer volumen que cubre, de "From Teheran to Yokohama".

Darle la vuelta al mundo con una bici, una pistola y un montón de ganas es ya de por si sorprendente. Hacerlo en una época en que los mapas no son ni de cerca lo de hoy día, donde el GPS ni en sueños se concebía y en una bici, de esas de rueda gigante en frente y rueda enana atrás (penny-farthing), bicis que yo no consideraría aptas ni para ir al parque, sino quizá solo al circo, es aún más sorprendente.

Tan solo el tema de la bici, para mí, es increíble. Esas bicis, no solo no eran de carbono, titanio o aluminio. Ni siquiera tenía "velocidades" (cambios), sino que esas bicis no tenían ni siquiera la posibilidad de rodar sin pedalear, es decir que en una bajada donde la bici fuera más rápida que lo que se puede pedalear lo que se debía de hacer era quitar los pies de los pedales. Ya mejor ni hablemos de frenos o ergonomía.

Este ingles que decidió darle la vuelta al mundo retrata un mundo diferente completamente a lo que conocemos, algo que las generaciones actuales, muchos de los que no imaginan el mundo sin internet y celulares inteligentes, es incapaz de conocer sin un esfuerzo especial de su parte.

Algunos de los lugares retratados han cambiado tanto, y otros tan poco que parece increíble que hayan pasado más de 160 años desde que su legendaria travesía se realizó. Por esto y mucho más, es un libro que vale la pena leer.